La falta de humanidad en la vida diaria

El ser humano es inhumano por naturaleza. A veces se nos olvida que todos somos personas y que, por tanto, debemos tratarnos como tal. Casos como el que voy a contaros son estremecedores y deberían estar penados por Ley.

esposado

La falta de humanidad en la vida diaria

Alois Dvorzac era un canadiense de 84 años con alzhéimer que estaba en el centro de detención de Harmondsworth (Reino Unido) a la espera de ser deportado por ser un «ilegal». Este señor con graves problemas de salud murió esposado en un hospital esperando ser atendido. Inspectores han investigado y denunciado este tipo de tratos inhumanos. Hay multitud de casos como, por ejemplo, el de otro sin papeles que fue trasladado esposado al hospital a pesar de que había sufrido un derrame cerebral y el de otro hombre que siguió esposado mientras estaba sedado para que los médicos le practicaran una angioplastia. Estaba tan mal que falleció. Le habían quitado las esposas solo unas horas antes de morir.

La empresa privada que gestiona este centro aseguraba que sólo se esposaba a aquellas personas en las que había un riesgo de fuga. Sin embargo, en los casos anteriores se demuestra que esto no es cierto. Ya no sólo hablamos de casos puntuales de un centro de personas que tienen privada su libertad por un delito, sino de otros muchos casos en la vida diaria en los que somos cada vez menos humanos.

¿Hemos olvidado los principios básicos de humanidad y decencia que merece cualquier persona?

Fuente: el país

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