Las expectativas del Trabajador/a Social

El Trabajador/a Social, en ocasiones, suele tener expectativas muy altas en el trabajo. Debemos tener claras cuáles son nuestras funciones y bajar el listón ya que no podemos «salvar el mundo».

A los profesionales del Trabajo Social nos surge la necesidad de prepararnos para poder dar respuestas válidas a los usuarios, tanto desde la formación como desde nuestra posición como asesores en política social avalados por nuestra experiencia.

Al comenzar nuestra andadura en la práctica, nos damos cuenta que empezamos con unas expectativas muy altas. Casi queremos solucionarles la vida a los usuarios y nosotros no estamos para eso, debemos tenerlo muy en cuenta. Como TS debemos facilitar cambios personales y sociales, mediante tareas de prevención, atención, gestión, orientación, mediación, apoyo y dinamización social, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas. Además, debemos tener en cuenta que el usuario también llegará a nosotr@s con sus expectativas y puede esperar algo que no corresponde. Por ello, también se recomienda dejarles claras nuestras funciones.

Debemos ponernos metas sencillas para no frustrarnos y es que es muy difícil conseguir el bienestar pleno. Ya sabéis que nuestro trabajo está muy centrado en apoyos puntuales que a veces podemos confundir con beneficencia.