La ausencia de halagos en el trabajo
Pongo la mano en el fuego a que todos hemos estado trabajando en un sitio en el que nos han dicho las cosas que hacíamos mal, sin reparo ninguno, mientras que no hemos tenido muestras de halagos por bien que hicieramos nuestro trabajo. Esto es algo muy común en nuestra sociedad. Punto desfavorable para los jefes que no tienen contentos a sus trabajadores.
Lo cierto es que cualquier empresa funciona gracias a sus trabajadores y si éstos no están a gusto, no rinden igual. Todos cometemos errores en el trabajo y, es obvio, que nuestro jefe tiene que corregirnos para que no vuelva a pasar. Con mayor o menor consciencia de ello, nos sobrecargamos los unos a los otros de críticas y reproches, y prescindimos de los halagos y los reconocimientos.Sin embargo, también hacemos bien nuestro trabajo, si no no estaríamos allí trabajando.
Cuando las cosas salen bien, cuando estamos contentos del trabajo de alguien o nos gusta especialmente algo de su manera de hacer las cosas, nos cuesta muchísimo decírselo. Nos parece innecesario y hasta contraproducente. Todos necesitamos una dosis razonable de reconocimiento para seguir motivados haciendo nuestro trabajo. Necesitamos un reconocimiento positivo para un correcto equilibrio emocional y una buena autoestima.
Es un signo de generosidad halagar de manera generosa. Por ello, ya seas jefe, compañero… en definitiva, en tu vida diaria, sería bueno que revisaras tu comportamiento comunicativo con los demás. A todos nos gustan los piropos y pudiéndole hacer feliz a los de tu alrededor… ¿por qué no hacerlo?
Quizá nos toque vivir en un entorno parco en halagos y lleguemos a dudar de nuestras capacidades y aptitudes en algún momento de nuestra vida. Esta no será una situación agradable pero incluso en estos casos podemos hacer para no perder la autoestima y es tomar consciencia de nuestras virtudes.