Joel Daniel Phillips retrata a Billy, a Kenny, a Eugene…, seres humanos olvidados y pasados por alto a diario, aquellos a los que nadie quiere encontrarse. El artista estadounidense residió durante años en San Francisco (California, EE UU), en el barrio del Tenderloin, conocido desde los años setenta por ser la zona de las personas excluídas, marginados sociales, barrio de prostitución y venta de drogas… Phillips comienza su proceso saliendo a la calle a fotografiar y a hablar con quienes viven en la pobreza o no tienen hogar.