¿Podemos controlar nuestras emociones?
Los seres vivos necesitan tener capacidad de analizar las situaciones y contextos que les rodean para poder determinar hasta qué punto dichas circunstancias les son favorables o, por el contrario, suponen un peligro para ellos (aquello que pueda atentar a nuestra supervivencia).
En este sentido, los seres vivos utilizan sus sentidos para percibir los estímulos que provienen del exterior. No sólo percibimos, también analizamos. Cuando analizamos el significado de lo percibido, determinamos hasta qué punto supone un peligro o un beneficio para nosotr@s. Las emociones son la respuesta inmediata de nuestro organismo ante dichos estímulos, de tal modo que proporcionan información acerca del grado o idoneidad de un determinado estímulo o situación.
Es por ello que los seres humanos adoptamos un sentimiento u otro en función de si lo que estamos viviendo supone un beneficio o un ataque para nosotros. El ser humano evolucionado, debe comprender que en este proceso entran en juego las creencias, los conocimientos y experiencias previas, los posibles prejuicios que nos hayamos creado, etc. En función de estas y otras variables nosotros analizaremos y veremos los estímulos del “mundo” de una u otra forma.
En este sentido, nosotros, como profesionales, tenemos la capacidad de modificar este proceso de percepción y análisis de las situaciones externas, para controlar la influencia que causan en nuestro proceso emocional. En la medida en que yo aumente mi autocontrol, las circunstancias externas producirán en mí unas emociones más controladas, lo cual repercutirá en un mayor dominio de las situaciones y en un aumento de mi capacidad de respuesta y de acción.